Depredador, solitario
y cazador implacable. Ágil, rápido, voraz y de fuerte instinto territorial. Un
cruel carnívoro, un individuo desobediente. Estas características hacen del
gato una especie extremadamente reacia a la domesticación. Aun así, lo hicimos...
o eso creemos.
La historia común de gatos y personas comenzó
hace unos 10.000 años y hoy en día alrededor de 500 millones de gatos habitan
en hogares de todo el mundo.
Sin embargo, pese a ser contemplado como un animal eminentemente doméstico con
el que estamos familiarizados de forma muy significativa, los orígenes de la
relación entre los humanos y estos felinos sigue albergando numerosas
incógnitas.
¿Cómo se llevó a cabo
el proceso de domesticación? ¿Cuándo aparecieron los primeros gatos domésticos?
¿De dónde vinieron y cómo? ¿Cuál fue su papel en la vida de las personas
contemporáneas? Las lagunas de
conocimiento en el tema son aún muy numerosas.
Los sinuosos caminos
del gato doméstico
La búsqueda continúa
Según las hipótesis,
la creación deliberada de una raza de gato doméstico mediante selección
artificial —lo que hubo de implicar, al
igual que sucedería con los perros, la selección de individuos particulares, su
cruzamiento y reproducción — tuvo lugar hace relativamente muy poco
tiempo, en el siglo XIX. Antes, por ejemplo en la Polonia medieval, los gatos
no eran tan populares como cabria esperar. De hecho, según la evidencia
proporcionada por los investigadores, antes
que gatos, por aquella época se empleaban comadrejas semi-domesticadas o
incluso serpientes para proteger los cultivos de grano ante los roedores.
No obstante, esto no
significa que los gatos no hayan establecido relaciones con las personas con
anterioridad. De hecho se cree que
los gatos se extendieron debidamente por Europa gracias a la influencia del
Imperio Romano. Los gatos ya rodaban por tierras europeas en Europa mucho antes,
y así, se encontrado restos fósiles de gatos en Polonia que datan de entre los
años 4.200 y 2.300 a.C.. Esto evidencia que posiblemente fueran descendientes
del conocido como gato de Nubia -Felis silvestris lybica- antepasado de
los gatos domésticos en Europa Central que originalmente habitaba el Cercano
Oriente y África del Norte.
Pese a las todavía
escasas conclusiones del estudio, la doctora Magdalena Krajcarz y junto el
profesor Daniel
Makowieckidel Instituto de
Arqueología de la Universidad Nicolaus Copernicus no cejan en su
empeño de desvelar como gatos y los humanos acabaron estableciendo una sólida
alianza. Ahora, con la ayuda de un equipo de paleogenetistas y arquezoólogos
supervisados por la doctora Danijela Popovi de la Universidad de Varsovia, están
iniciando un nuevo proyecto de investigación que abarca 5.000 años de historia
de los gatos domésticos en Europa Central.
El objetivo principal
del proyecto, que durará 4 años, es reconstruir las rutas de migración de los
gatos domésticos desde el Cercano Oriente y el Norte de África hasta Europa y
hallar en su genoma las pistas dejadas por la selección artificial realizada
por los humanos, o del cruzamiento con especies de gatos silvestres nativos de
Europa. A este efecto, a través de métodos morfométricos. arqueozoológicos y
paleontológicos convencionales, así como análisis de ADN fósil y datación por
radiocarbono, el equipo planea analizar los restos de cientos de felinos de
diversos yacimientos arqueológicos para identificar todos los cambios
fenotípicos y genéticos — estética, tamaño, coloración, docilidad, capacidad
para digerir alimentos humanos...— que han conducido a los gatos a acabar
cooperando con el hombre. Aunque observando a un gato, siempre nos quede la
duda razonable de si fueron ellos los que nos domesticaron a nosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario